no más violencia contra las mujeres
lunes, 5 de abril de 2010
ENTREVISTA A FEMINISTAS LATINOAMERICANAS
Dos voces por una causa
X Hugo Huberman
Victoria Aldunate y Julieta Paredes son dos mujeres radicales que ven al movimiento feminista actual estancado y reclaman uno más independiente y revolucionario. Recuperan a Lilith, primera mujer según el Talmud, que fue oprimida, se resistió y se rebeló.
Forman parte de la América de todos los días, de hambruna y mujeres sin futuro pero no se resignan a este estado de cosas. Las une su compromiso con sus comunidades feministas, indígenas y populares, sin embargo cada una de ellas es parte de algo propio. Se trata de Victoria Aldunate y Julieta Paredes, dos feministas radicales que ven al feminismo actual estancado y reclaman uno más independiente y revolucionario.
Victoria nació en Chile, es activista feminista, terapeuta, escritora. Vivió en Argentina el exilio de sus padres y luego en Rusia, donde estuvo sola desde los 18 años. Es feminista autónoma y es parte de Memoria Feminista de Chile. Hasta hace un año fue coordinadora de una Casa de 1ª Acogida a Mujeres por Violencia. Escribió la novela La Chica Corazón de Ruedas, un relato feminista sobre género y transexualidad que surge de su trabajo en los años 90 en un grupo de personas viviendo con el VIH en el Sur de Chile. Actualmente vive y trabaja en Bolivia.
Julieta es aymara, lesbiana, cantante e integrante de Mujeres Creando Comunidad. En el 2000 Mujeres Creando tuvo una crisis política planteada principalmente por ella, ya que 'veía que éramos famosas internacionalmente, pero nuestro pueblo y sus organizaciones sociales no nos conocían'. Ahí se dividió Mujeres Creando y el grupo en que se queda Julieta inicia el proceso de las asambleas feministas que hoy es un referente en cinco de los nueve departamentos de Bolivia. Ella además escribió el libro Hilando fino y a partir de ello fue invitada por los movimientos de mujeres de Bolivia a escribir el marco conceptual del Plan del gobierno de Evo. Relata que este gran desafío le dio miedo, pero también mucha alegría porque sus hermanas valoraban el trabajo feminista comunitario.
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Fuente: Artemisa Noticias
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