no más violencia contra las mujeres

no más violencia contra las mujeres

martes, 30 de enero de 2007

memoria feminista

DECLARACIÓN PÚBLICA

Ante la inminencia del Juicio por el Femicidio de Javierita Cabrera Neira, de sólo 6 años, por Alfredo Cabrera Opazo, su padre, quien el 19 de noviembre de 2005 como un acto más de violencia contra su ex pareja, la madre de Javierita, lanzó a la niña desde un séptimo piso luego de intentar asesinar a la madre.

Las mujeres feministas autónomas, exigimos a la Justicia chilena y a todas las instituciones del Estado, un gesto urgente de dignidad y respeto por los derechos humanos de las mujeres. Para hacer justicia Alfredo Cabrera Opazo debe ser juzgado y condenado a cadena perpetua. Se debe terminar con la impunidad de los asesinos de mujeres y detener esta ofensiva de la violencia de género de la que hoy muchas y muchos están siendo solamente espectadores. Violencia a partir de la cual, algunos medios "obtienen" titulares y muchas autoridades adquieren notoriedad, pero, en la práctica, no condenan.

Nosotras no queremos ser espectadoras de la violencia machista contra mujeres que día a día se rebelan a costumbres y mandatos de sometimiento y opresión. No nos regocija que las mujeres sean(seamos) víctimas. Rechazamos ser encerradas entre cuatro paredes y perseguidas cuando decidimos cambiar, por fin, de vida, dejando de aceptar la violencia en nuestras vidas. Por eso, todos los días 19 de cada mes protestamos contra la Violencia Machista. Lo hacemos en memoria de Javierita y de todas las niñas y mujeres asesinadas por hombres que se han creído dueños de las vidas de otras seres humanas sólo por el hecho de que estas son mujeres y ellos hombres.

En el doloroso caso de Javierita, el femicida tenía prohibición de acercarse a la madre de la niña, pero no a la niña, y la asesinó como una manera de dañar a su ex pareja.
Las autoridades policiales, judiciales y todas las autoridades de organismos del Estado deben asumir el desequilibrio de fondo en las relaciones patriarcales entre hombres y mujeres y no actuar desde sus prejuicios. La Justicia y todas las instituciones del estado deben por fin ser justos, no neutros: Alfredo Cabrera Opazo debe ser condenado a cadena perpetua por asesinar a una niña (Javierita, su hija) y torturar a la madre de Javierita, que está sufriendo el peor de los dolores posibles. Este femicida no es un demente, no es una víctima, es sólo un hombre machista y cruel que fue capaz de intentar asesinar a una mujer y matar a su hija para dañarla.

Al cumplirse un año de este horrible asesinato de una niña que jugaba, reía, saltaba, aprendía, disfrazaba y soñaba por una vida sin violencia , especialmente para las mujeres, ya que tenía conciencia que era una de nosotras. En sus manitos levantó pancartas con rostros, consignas, denuncias y exigencias para decir que no queremos, no deseamos, que nos oponemos con rabia, firmeza y dignidad ante la naturalización, aceptación, comercialización e incluso celebración que se hace del sometimiento de nuestros cuerpos a un varón, a las instituciones; como la familia, el mercado, la iglesia, el estado, los medios de comunicación.
A un año de comprometernos a manifestarnos en la calle y sin permiso en contra del femicidio, ese derecho patriarcal autoimpuesto de decidir nuestra vidas y muertes, por el solo hecho de ser mujeres. Reforzamos esta actitud política de humanización frente a la indiferencia y complacencia que se ha instalado en nuestro país frente a categorizaciones de humanas y humanos , especialmente con los considerados vulnerables, es el caso del pequeño Igor en la ciudad de iquique, quien a su año y medio pidió auxilio con llantos durante 15 días con el dolor del hambre, sed y soledad.

Nuevamente al igual que con Javierita, las y los vecinos no escucharon la petición desesperada de ayuda. Probablemente la proximidad con la navidad les tenía su encendido sus espíritus centrados en comprar, en la carrera loca de consumir , de endeudarse. Sus oídos escucharon, pero no sus corazones y no actuaron. Quizás subieron el volumen del televisor, porque les molestaba estos gritos de lamentos, que hacían sentir el fracaso de este exitoso modelo económico que tenemos. No actuaron porque su madre, era una de esas personas que fracasaron en su integración y se auto consumen en la pasta base. Por lo cual no tenía derecho ni muerta a su identificación, es decir " a ser alguien".
A un año de encontrarnos para defender obstinadamente la vida, deja de existir físicamente el mayor representante de la muerte, miedo y odio. Pero Pinochet vive en la institucionalidad chilena en una constitución vigente que se la redactó la extrema caverna católica y los gobiernos de la concertación, neoliberales y autoritarios, se sujetan a ella. Es este cuerpo jurídico el que facilita a las Fuerzas Armadas ‘chilenas’ rendirle tributo al cadáver del individuo que encabezó la impunidad de los asesinatos, la tortura y las desapariciones y, además, les concedió (y autoconcedió) un régimen económico y previsional de excepción. Los torturadores y asesinos gozan hoy en Chile de privilegios en su relamido e impune retiro anciano. Y su corporativo tributo al cadáver de Pinochet muestra a estos militares prologando su descaro e irredimibilidad.

Pinochet vive especialmente en la sensibilidad de muerte que instaló en Chile, acompañado y aplaudido por empresarios, tecnócratas, jerarquía clerical, políticos, sectores medios frágiles y codiciosos, y cuyo horror-temor-impunidad fue factor decisivo para entorpecer su juicio en los tribunales no ya por su miseria moral y delitos de lesa humanidad sino por la rapacidad venal que lo hizo millonario junto a su familia.

Pinochet vive en la indiferencia, en la falta de solidaridad, en la insensibilidad frente al dolor del otro y otra, en hipotecar nuestras vidas frente al individualismo, el consumismo, el exitismo.

Pinochet tiene que morir con la justicia, la dignidad, la lucha, la organización, la rebeldía, la alegría del amor por la vida.
Somos Memoria Feminista, feministas autónomas del gobierno, de todos los partidos políticos y de todas las instituciones. Denunciamos la Violencia contra la Mujer y el Femicidio. Rechazamos la violencia sexual, física, psicológica y económica a que somos sometidas mujeres, niñas y algunos hombres (los percibidos como más débiles) al interior de la familia, al interior de las Iglesias, al interior de las Escuelas y Universidades, al interior de los Cuarteles de Policía y Centros de Detención, al interior de las Oficinas "del Jefe", en las calles, en las Guerras, Democracias y Dictaduras.

CREEMOS EN LAS PRÁCTICAS DE VIDA EN RESISTENCIA, EN ROMPER LOS MOLDES QUE NOS HAN TRAZADO Y EN REVOLUCIONAR DIARIAMENTE LA VIDA.

¡EL SILENCIO ES CÓMPLICE! ¡JUICIO Y CONDENA A LOS ASESINOS DE MUJERES PARA QUE NUNCA MÁS!

¡JAVIERITA HASTA SIEMPRE!
MEMORIA FEMINISTA, feministas autónomas
Santiago, 19 diciembre de 2006.

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