SIMONE DE BEAUVOIR, LA GRANDIOSA
A Simone de Beauvoir, como buena francesa, le gustaba el vino tinto, prefería el seco, eso sí. Puedo imaginármela una tarde de lluvia, con su pañuelo en la cabeza sentada en La Closerie des Lilas, café favorito de ella y de Sartre, frente a un chocolate humeante y aquellas croissants con un olorcito que nos transportan nuevamente a la patria, o matria, del Oh la la… Paris. El París existencialista, humanista, izquierdista y rebelde. París de la Comuna y de mayo del 68’.mariana pessah y clarisse castilhosleer más
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