no más violencia contra las mujeres
sábado, 22 de noviembre de 2008
MEDIOEVO, HISTORIA, MUJERES Y AUTODEFENSA
Autodefensa de mujeres: única “salvación” (siglo 12)…
X Victoria Aldunate Morales
Ni leyes VIF, ni ministerios, ni campañas de “sensibilización”, ni votaciones de senados recalcitrantes y machos… En el medioevo, con Inquisición funcionando y hogueras por montones, las mujeres se autoorganizaban, algunas “vendiendo” modelos cristianos y otras con un descaro sólo digno de feministas y lesbianas…
En la ciudadela rebelde de Juette, en Huy (Bélgica) entre los años 1150 y 1180 se oyó hablar de Juette. Su historia, que ella contó en su lecho de muerte a un cura que la reprodujo, dice que fue una niña que a los 13 años fue casada por conveniencia con un viejo rico algo decrépito para ese periodo de la historia, de 50 años. El padre de Juette era recaudador de impuestos y como a todas las niñas, su padre la vendió a otro varón. Ambos ganaban, el padre se quitaba un peso de encima quedando emparentado con un hombre rico, y el marido se llevaba una doncella para desvirgar alegremente.
Juette, la niña, tuvo varios embarazos y partos, varias muertes de hijos también –tal vez abortos- y al final se quedó con dos hijos vivos. Para su felicidad, su marido murió de viejo luego de cinco años de matrimonio. Sin embargo, como era de esperar, su padre le ordenó casarse de nuevo. Una mujer no podía vivir sola. Pero ella, ahora ya de dieciocho años, se negó rotundamente.
Su padre la llevó ante el obispo de la aldea, quien la sometió a un juicio en una corte repleta de curas y otros machos. Cosa extraña, el alegato de defensa lo hizo ella misma diciendo que ya se había dado un esposo: Cristo. Nada menos y nada más.
Hizo un discurso católico de castidad y de rechazo al sexo, “al cuerpo y a sus miserias”, y logró lo que quería. No la casaron.
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